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Una leyenda Foyalesa

Al hospedarse en L’Imperatrice, vivirás en un lugar único, lleno de historia, un verdadero componente de la vida cultural de Martinica y Patrimonio Foyalés.

Historia

En compañía de su esposa Fernande, Charles Glaudon estando de crucero, consciente de la falta de hoteles en Martinica, comenzó a germinar la idea de una construcción revolucionaria para la época. Estamos en los años 50, y para visitar Martinica, los viajeros tienen muy pocos lugares donde alojarse.

A su regreso del crucero, tomó la decisión de construir un hotel al lado de su farmacia, ya existente. Volvió a embarcarse esa misma tarde dirección a Francia, pero esta vez para establecer las siguientes etapas y contingencias relacionadas con una construcción semejante. Su pasión por el proyecto se concretó juntamente con su hermano Pierre a través de un anteproyecto.

Los planos de L’Imperatrice fueron firmados por Marcel Cidalise-Montaise, un joven arquitecto que finalizó los cálculos y el trabajo fue realizado por Sr. Lagrancourt, contratista de obras, tío de Sr. Glaudon.
El hotel fue construido en 1955 e inaugurado en febrero de 1956.

El nombre de L’Imperatrice se eligió para seducir a la clientela metropolitana y estadounidense quienes asocian Martinica al nombre de la emperatriz Joséphine.
Desde 1956, L’Imperatrice se ha mantenido como un hotel familiar, gestionado de padres a hijos por la familia Glaudon.

 

 

UN REMARCABLE MONUMENTO DEL SIGLO XX

 

L’Imperatrice se encuentra frente al parque de «La Savane» en Fort-de-France, la plaza principal de la ciudad.
El edificio es de estilo modernista, concretamente de la tendencia «paquebot» (crucero). Es un modernismo tipo «balneario», como el que se encuentra en Florida y Brasil.

Tiene cinco plantas, con gradientes progresivos que le dan un dinamismo muy atractivo. Los planos horizontales están remarcados por balcones que se extienden por tres lados y estructuran la fachada con vigor y elegancia. Los balcones están equipados con barandas tubulares imitando los pasamanos de los barcos. La cuarta planta tenía dos grandes terrazas laterales abiertas, que luego se cubrieron, con una piscina conectada a través de una pasarela.

 

 

La decoración de los suelos se realizó a partir de mosaicos de colores cuidadosamente elaborados.
Cada piso tiene su propio color identificable por el pasillo embaldosado reproducido en las habitaciones y balcones.

L’Imperatrice ya ofrecía todas las comodidades modernas: un sistema de ventilación natural muy elaborado que hizo posible la circulación del aire en todo el edificio, el primer ascensor de la isla se instaló aquí y todas las habitaciones, incluso las más pequeñas, disponían de su propio baño.
En 2017, L’Imperatrice fue reconocido por el Ministerio de Cultura Francesa y catalogado como

«Patrimonio del siglo XX».

 

 

VIDA CULTURAL

L’Imperatrice además de la actividad de hotelera ha convertido a lo largo de las décadas en un lugar indispensable en la vida cultural Foyalesa.
Artistas, políticos, escritores… Muchos fueron aquellos que se albergaron o simplemente eran asiduos del hotel y sus servicios.
Entre ellos podemos mencionar en particular:

  • El artista «Khokho» – Joseph René-Corail, talentoso pintor y escultor
  • El cantante Henri Salavador
  • El escritor martiniqués Vincent Placoly
  • Los músicos Paulo Rosine y Francisco
  • Los grupos de música haitianos Tabou Combo y Loups Noirs
  • El pianista Marius Cultier

Siguiendo esta tradición de acoger artistas, muchos eventos culturales se organizan regularmente. Exposiciones de arte, conferencias, conciertos, banquetes históricos… Siempre está sucediendo algo.

Desde su apertura en 1956 hasta hoy,  L’Imperatrice es también la sede de clubes muy conocidos tales como Rotary Club de Fort-de-France y Fort-de-France Sud, el Club Soroptimist, Lions Club, la Table Ronde, Club 41, etc…

Por su riqueza histórica, L’Imperatrice es hoy en día considerado por muchos como un elemento imprescindible del patrimonio de Fort-de-France y de la Martinica.